Proyecto “Pensamientos sobre el jardín”.

Exposición, 2019.

 

¿Qué es una exposición sino un ejercicio íntimo y privado?, una meditación sobre el propio trabajo que se hace pública. 

Dicho de otro modo, el acto de exponer es la instancia final y la consecuencia visual de una reflexión estética. Aunque ya se sabe que en el arte los finales son simbólicos, pues en la creación no hay fin sino ciclos. 

Es decir, que además de la presentación pública de un proceso íntimo, una exposición es un hecho retrospectivo.

En este caso, “Pensamientos sobre el Jardín” hace visible el diálogo entre dos mundos de apariencia inconexa, pero con una lógica común: la que une la forma y el color a la organicidad de las estructuras, una lógica natural y geométrica.

Las flores y las formas planas no referenciales no son antípodas en mi mundo, sino dos puntos de un mismo segmento que no guardan entre sí ninguna distancia. No hay contradicción, sino una trama que subyace y sobre la que se construye el camino en el que busco y seguiré buscando. Cíclicamente. Sin fin.

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